Muchas madres y muchos padres se preguntan si es bueno ayudar a sus hijos con los deberes. Esta es una consulta bastante común.

El niño quiere que le presten atención y aquí encuentra una manera, pero surge el conflicto cuando él quisiera saber y no sabe, cuando se hace evidente que no puede colocarse en el lugar de hijo que sabe mucho.

Esto estresa mucho a los niños y hace que el momento y el proceso de aprendizaje no pueda darse con tranquilidad, puesto que el vínculo y  estos deseos inconscientes se ponen de manifiesto de forma que ni el niño ni los padres pueden controlarlo.

Si el niño o niña necesita algún tipo de apoyo en lo que tiene que ver con el aprendizaje, lo más conveniente es que se traiga a alguien desconocido que lo ayude. La mejor manera de ayudar a los hijos con los deberes es encontrarles un profesor particular que pueda vincularse con él solamente a través de esta relación de profesor y aprendiz. Esto va a favorecer una mejor concentración, puesto que no se ponen de manifiesto elementos afectivos que interfieren en la curiosidad y en el conocimiento del mundo.

Aún así, si el niño no puede concentrarse en el aprendizaje después de tomar esta medida, debemos cuestionarnos si le estará pasando algo más que se interponga en su desarrollo. En este caso, es necesario consultar. Ponerse en manos de un profesional puede ayudar a que problemas futuros no se manifiesten y que se pueda transitar de forma tranquila hacia una adultez madura y psicológicamente estable.