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Padres... ¿Separados o unidos por la guerra?

Hoy en día, la separación de las parejas ocurre con más frecuencia que antaño, y las familias deben reestructurar su nueva situación y adaptarse a los cambios que trae consigo.

Esto ya es motivo de malestar y de dificultades, tanto a nivel externo (tantos días en casa del padre y tantos en casa de la madre, juguetes distintos, habitaciones distintas, nueva organización de la rutina, etc.) como interno (superación del dolor que supone una ruptura familiar).

Actitudes de los padres ante una separación

A veces, las dificultades internas toman una dimensión amplia en la adaptación al cambio. Además, surgen actitudes por parte de los padres que los niños no son capaces de admitir, entrando así en conflicto.

Entre estas actitudes podríamos nombrar:

  • Los malos comentarios al niño de un padre hacia otro “¡Tu madre es odiosa! ¡Tu padre no hace nada bien!”.
  • Utilización del niño como mensajero.
  • Establecer visitas restrictivas y no flexibles.
  • Manifestar a los niños cuestiones económicas.
  • Coacciones manifiestas (“si no te gusta, márchate con tu madre”), etc.

Pero, ¿De qué manera puede afectarles a los niños una separación?

Los niños y adolescentes de padres separados tienen que elaborar todos los cambios que esto provoca, además de intentar continuar con la ardua tarea de crecer, aprender y desarrollarse.

Las separaciones conflictivas o la no normalización del cambio, pueden perturbar a los niños de manera que externalicen esta situación.

Algunos de los síntomas más destacados pueden ser:

  • Bajo rendimiento escolar
  • Dificultades en las relaciones sociales
  • Ansiedad
  • Irritabilidad (síntoma que en niños está estrechamente vinculado con la tristeza)
  • Somatizaciones.

Como padres, ¿Cómo podemos ayudarles?

El proceso de duelo es arduo para todos los miembros de la familia y en sus etapas, es común la aparición de emociones que no siempre son agradables.

Estas emociones son, en muchas ocasiones, difíciles de manejar. Pueden surgir conductas en los padres, como las citadas anteriormente, de manera inconsciente y sin intenciones de dañar.

El daño que se produce es, en todo caso, un reflejo del dolor sentido, el cual es de gran magnitud y es necesario proyectar al exterior.

Lejos de justificar lo injustificable, es inevitable pararse a pensar en la necesidad de algunos padres de encontrar ayuda de un psicólogo infantil, para aceptar la separación a nivel interno.

En la mayoría de las ocasiones, este “odio” o rencor que puede sentirse (uno o los dos), es la única vía encontrada para seguir en unión con su expareja.

En el centro de psicología PsicoPaso podemos ayudarte a superar esta ruptura y esta situación familiar de una forma menos dolorosa. 

Es una manera de “no separarse”; es “La unión a través de la guerra”.

El niño, el cual representa la unión entre los dos padres, pasa a ser el único hilo conductor y genera, en las personas con dificultades para separarse de su pareja, emociones que no son capaces de reprimir y las proyectan en el niño.

Conclusiones

Es necesario desvincular la asociación hijo-pareja, para hacer una diferenciación consciente de las dos personas, las cuales no tienen la misma responsabilidad dentro del conflicto que produjo la separación.
Lo mejor en estos casos, es contactar con un profesional que los ayude a disminuir el malestar que provoca el duelo.

Es importante enfocar las nuevas circunstancias, de tal manera que los niños puedan mantenerse al margen del conflicto y realizar su proceso psíquico de la manera más serena posible.

Psicopaso Psicólogos

En PsicoPaso contamos con años de experiencia ofreciendo terapias de psicología para niños, adolescentes y adultos para ayudar a nuestros pacientes a recuperar su salud mental.

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