A día de hoy, nos encontramos en una sociedad invadida por las nuevas tecnologías y eso suele ser un tema de preocupación para madres y padres.
Desde nuestro centro de psicología en Oviedo sabemos que los niños y niñas tienen otra forma de entretenerse, ven vídeos en youtube y los adolescentes juegan a videojuegos y dedican tiempo a las redes sociales, nueva forma de relación. A todas estas innovaciones, las personas que crecimos en otras generaciones no estamos acostumbrados, y nos asusta ver a los chicos y chicas sumergidos en ellas. Nos criamos en otra era y nuestra infancia se caracterizó por actividades y juegos totalmente fuera de las pantallas.
Existe una realidad relacionada con todo ello, que tiene que ver con la pasividad que implica el encuentro con lo virtual.
Es un hacer sin hacer nada, una forma de acción que bloquea el movimiento real necesario para la iniciación de una actividad. Los videojuegos representan acciones psíquicas que la persona no puede realizar en el mundo físico.
Los videojuegos representan fantasías. Puede llamarse realidad virtual, pero lo cierto, es que en la mayoría de las ocasiones, la realidad está muy lejos de situarse ahí, operando la fantasía como primordial.
No vemos problema en el hecho de que los niños y niñas se pasen toda la tarde haciendo los dibujos de una ciudad que imaginan. Evidentemente, el dibujo analógico permite el movimiento real y la expresión mucho más explícita de representaciones inconscientes, puesto que ningún niño o niña va a realizar un dibujo igual. En los videojuegos, esto no sucede. Los elementos están dispuestos de tal forma que ya están creados, por lo que el infante no tiene que hacer nada para hacer que existan, sino ir colocándolos según se le antoje. Pueden tomar decisiones con respecto qué es lo que hace el personaje, pero las opciones vienen dadas. Aun así, pueden cobrar importancia desde otro sentido. Los elementos que se encuentran ahí dispuestos, cobran la forma de representaciones inconscientes donde se encuentra asociado un significado individual.
Diferentes tipos de videojuegos
Claro que cada videojuego es diferente y tendríamos que ponernos a analizar cuál es el objetivo central que provoca en cada chico o chica esa necesidad de ir pasando niveles. ¿Crear ciudades, defenderse de monstruos, proteger el reino?
La elección del videojuego se encuentra relacionada con la necesidad psíquica que el niño, niña o adolescente esté sintiendo en ese momento de su vida.
Al igual que los cuentos, que ya vienen con historias contadas, los videojuegos traen historias donde ellos mismos juegan el papel de protagonista, y esto los coloca en una posición de actividad psíquica con respecto a la historia. Evidentemente, carece de todas los beneficios que ofrece la lectura en el desarrollo de la función simbólica, la cual es de crucial importancia para el atravesamiento de la etapa narcisista.
La lectura es insustituible.
Desde PiscoPaso en la práctica de la vida familiar, la utilización de los videojuegos como actividad en sí, no creemos que sea un problema, puesto que el ocio actual se encuentra situado ahí y va a ser muy difícil cambiarlo, por mucho que los adultos nos resistamos al nuevo modo de funcionamiento social. Si un niño, niña o adolescente puede hacerse responsable de las cosas que le competen a su edad, si puede estar cenando tranquilamente con la familia, si colabora en casa según sus posibilidades, si cumple con los quehaceres de la escuela, yo no pondría objeción en que dedique parte del tiempo de su ocio a los videojuegos.
Que se sumerjan a ello de forma abusiva es una cuestión de límites que deben ser impuestos por la familia de forma clara, respetuosa y firme.
Otra cosa es que el niño, niña o adolescente no encuentre nada de interés en relacionarse con su familia o que las nuevas tecnologías invadan su mente y no esté interesado en nada más. De todas formas, podemos hacernos la pregunta de qué estará sucediendo en el núcleo familiar que al niño no le causa ningún atractivo, o qué le puede estar sucediendo para que evada la realidad de forma reiterada.
Para poder dar respuesta a estas preguntas, pueden tomar la opción de consultar a un psicoterapeuta infantil y/o juvenil, que los ayude a entender qué puede estar ocurriendo y que trabaje para que el niño, niña o adolescente pueda reconocer en sus juegos y videojuegos una realidad interna que le cuesta tolerar y que no puede tramitar a través de la palabra, sino que necesita las nuevas tecnologías como refugio ante ella.
Para el tema de las redes sociales, merece la pena dedicar un artículo entero, puesto que no solamente los adolescentes se encuentran sumidos en este espejo imaginario. Gran multitud de adultos se buscan en el reflejo de estas redes que, según su nombre indica, poseen elementos que hacen que algunas personas queden atrapadas, así como permiten que otras personas sean sostenidas.
Psicóloga colegiada nº O-03034.
• Licenciada en Psicología.
• Máster en Psicoanalítica para Niños y Adolescentes.
• Máster de Orientación Educativa.
• Máster en Psicología General Sanitaria.