Las Rabietas Infantiles

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Desde nuestro centro de psicología en Oviedo sabemos que una de las dificultades más comunes en padres y profesores a la hora de tratar con los niños es la manera en la que hay que enfrentarse a las rabietas, el negativismo, oposicionismo y otros que transitan en esta línea de comportamientos infantiles.

Son constantes motivo de discusión debido a su facilidad para perturbar los ambientes, tanto a nivel escolar como familiar.

Es más frecuente que existan quejas y reclamos por niños que se mueven demasiado que por los que no se mueven nada, siendo esto último de igual preocupación.

Es por esto por lo que debemos pensar en no hacer diagnósticos precipitados con una base de justificación del malestar adulto, producido por la necesidad de descarga de energía de los niños.

De todas maneras y, dejando éste tema a parte, para el cual necesitaríamos un artículo particular, desde PsicoPaso vamos a tratar de explicar brevemente porqué se producen las rabietas infantiles y cuáles son los fines para los cuáles los niños las utilizan de manera consciente o inconsciente.

¿Por qué se producen las rabietas?

Es importante decir, primeramente, que hay una etapa en el desarrollo de los niños donde este tipo de conductas son normales y responden a una necesidad de autoafirmación y de intento de imposición de su propia autoridad.

La mayoría de los padres sienten una preocupación lógica por sus hijos y actúan de acuerdo a lo que conciben mejor para ellos.

Cuando un bebé nace, todas las necesidades de éstos son cubiertas por sus papás.

Esto es cierto hasta el punto en que el niño es tratado algo así como “su majestad el bebé”, donde su bienestar y comodidad están continuamente en la atención y pensamiento de los progenitores.

En estos años, el funcionamiento mental del niño se dirige bajo el llamado “principio del pacer”, en el que los placeres y necesidades se satisfacen de manera rápida y la frustración es un motivo de intensa angustia intolerable, muchas veces difícil de manejar para algunas mamás.

Sin embargo, hay un momento en el desarrollo en que esto comienza a cambiar, pasando el niño de ser “su majestad el bebé” a ser un niño al que tenemos que educar.

La adquisición del lenguaje también tiene que ver con esto, siendo que el niño ya empieza a pedir lo que quiere con palabras y no hace falta la interpretación de la madre de las necesidades.

Sin embargo, es entonces cuando los padres deciden si darle o negarle esta necesidad, ayudando al niño a cambiar su modo de pensamiento basado en el “principio del placer” para pasar al llamado “principio de realidad”, en el que la necesidad de inmediatez se verá sustituida por la racionalización y la preferencia de espera para la obtención de consecuencias más favorables.

¿Como actuar ante la rabieta de un niño?

En esta etapa de transición del funcionamiento mental, surgen las rabietas infantiles.

Es por esto harto importante la imposición de límites y prohibiciones que permiten al niño este paso en su desarrollo.

Ésta es una tarea ardua en algunas ocasiones, en las que el niño tolera mal las frustraciones y las rabietas se desproporcionan en intensidad y duración.

Igualmente, es importante mantener la calma y negar el capricho con firmeza y convencimiento, existiendo la posibilidad de negociación.

Cuando el niño se calma es importante la conversación y la explicación, de manera que exista una interiorización de lo ocurrido y las razones del “no”.

Las prohibiciones permiten más de lo que prohíben (“no te permito bañarte en el lago en invierno porque te puedes resfriar y después no podrás ir a jugar con tus amiguitos”, por ejemplo) y por eso es necesaria la explicación.

Si ésta no existe o se establece la prohibición de manera altamente agresiva, más que un límite se impondrá una frustración, lo que aumenta el deseo de realizar la prohibición, fracasando en nuestro intento de trasmisión de la norma.

Las rabietas están normalmente acompañadas de desobediencia y negativismo, con lo que creo que también es importante que estas acciones tengan reacción en los padres.

Verlos enfadados por este tipo de conductas y el temor del niño a perder el amor de éstos es una parte importante para la interiorización de las normas.

Este temor surge en el imaginario del niño y produce un efecto en él, motivando el intento de reparar, con lo que es innecesario realizar comentarios del tipo “ya no te quiero”, o “eres un niño malo” o cosas por el estilo.

Los papás saben que el amor a sus hijos es incondicional. Sin embargo, el conocimiento de esto por parte del niño, conduce a un fracaso en la aceptación de las reglas que le son impuestas, no sintiendo el infante ninguna motivación interna real por la cual hayan de ser llevadas a cabo.

Es así como surge la reparación como mecanismo de defensa contra la culpa, aceptando la norma y el límite como manera de evitar este sentimiento tan penoso y desagradable.

Todo este proceso debería estar terminando a los 6 años de edad y este tipo de conductas haber desaparecido, dando paso en el niño a una psique regida por el principio de realidad y trasladando la energía al aprendizaje y el conocimiento del mundo.

Si el proceso sale según lo esperado, el niño aceptará la autoridad de sus padres y retraerá su incidencia en imponer la suya.

Otra cosa que hay que tener en cuenta es la intensidad, frecuencia y causas de las rabietas y consultar si permanecen en el tiempo más de lo esperado para su edad, ya que éstas pueden ser expresión de algo que le está pasando al niño y no tiene otra forma de expresión que a través de la irritabilidad y el mal comportamiento.

¿Cómo puede ayudarte PsicoPaso en la relación con tus hijos?

Bien es cierto que la tarea de ser padres está llena de complicaciones y las dudas y los cuestionamientos con respecto a nosotros mismos es totalmente comprensibles como personas que somos, po eso desde PsicoPaso te ofrecemos ayuda de la mano de nuestra psicóloga para padres.

Es por esto que invito a los papás a perder el miedo a la consulta. Es común que se sientan juzgados por los profesionales que se ocupan del bienestar de los niños, sin embargo, nuestro trabajo no consiste en realizar juicios de valor, sino en ayudar tanto a padres como a niños a mejorar el bienestar psíquico y fomentar un desarrollo sano y emocionalmente equilibrado, siempre con la ayuda de los padres que colaboran y son parte del proceso terapéutico

eva alvarez psicoanalista
Psicóloga en Gabinete PsicoPaso

Psicóloga colegiada nº O-03034.
• Licenciada en Psicología.
• Máster en Psicoanalítica para Niños y Adolescentes.
• Máster de Orientación Educativa.
• Máster en Psicología General Sanitaria.

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